En el marco de las
operaciones contra el narcotráfico en Norte de Santander, fue ubicada 01
refinería ilegal, donde era procesado el crudo hurtado por el Eln.
La infraestructura
artesanal, que fue ubicada en el sector conocido como Puerto Nuevo,
jurisdicción del municipio de Tibú, tenía capacidad para producir semanalmente
siete mil galones de “pategrillo” (insumo empleado para el procesamiento de
coca).
De acuerdo a lo
establecido, esta refinería, llevaría cinco meses de funcionamiento, tiempo en
el cual se causó un detrimento de 30 mil galones de petróleo por un valor
aproximado de 300 millones de pesos.
La operación que permitió
destruir esta infraestructura, golpeó las finanzas del autodenominado frente
“Juan Fernando Porras”, del Eln, dedicado a recoger dinero producto de las
acciones del narcotráfico para emplearlo en la compra de armas y explosivos.
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