“Mamá, tengo escalofríos y
me siento muy mal”, fueron las últimas palabras que le dijo Carol Hernán
Sánchez Téllez a su progenitora –vía telefónica–, el sábado en la noche, una
hora antes de que lo mataran en el local de comidas rápidas que administraba en
le barrio Motilones.
A las 12:30 de la
madrugada de ayer, el hombre, de 26 años, fue atacado en la avenida 3 entre calles
1 y 2 de Motilones por un desconocido que, tras propinarles varios disparos,
escapó en una motocicleta con un compinche.
“Pasada la medianoche me
timbraron del celular de él y me dijeron que me lo habían matado”, dijo la
madre en medio de lágrimas mientras se dirigía reclamar su cuerpo en Medicina
Legal.
Tras recibir los disparos,
Sánchez fue trasladado por una patrulla de la Policía al Hospital Universitario
Erasmo Meoz, donde murió.
“Cuando llegué al hospital
lo vi lavado en sangre. Tenía las manos muy frías y el doctor me dijo que no
había nada que hacer, que mi niño estaba muerto”, explicó la madre.
A Sánchez le dispararon
por la espalda. Recibió tres impactos de bala, uno en la cabeza y dos en el
torso.
La víctima vivía con la
mamá y la esposa en Barrio Nuevo, y trabajaba desde hace dos meses en
Motilones. Su labor se extendía hasta la madrugada cuando cerraban un billar
vecino.
Aunque sus familiares
dijeron desconocer si tenía amenaza alguna, se conoció que días atrás Sánchez
había frustrado un intento de robo en el local donde trabajaba, por lo que
habría sido amedrentado.
Sánchez era el segundo de
cuatro hermanos y dejó una niña de 8 años y a su esposa con dos meses de
embarazo. Su familia lo recuerda como un joven activo y alegre.
Según el mayor Gustavo
González, comandante operativo encargado
de la Policía Metropolitana, Sánchez
había sido capturado en 2012 por el delito de fabricación, tráfico y porte de
armas de fuego o municiones.
Hace tres meses había
cumplido la condena y estaba en libertad, por lo que los móviles del crimen aún
son hecho de investigación.
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