Jefferson Orlando Díaz
Vera, de 22 años, alcanzó a jugar su último partido de fútbol la noche del
domingo, en la cancha del barrio Virgilio Barco; minutos después fue asesinado.
Luego de terminar el
partido, Díaz se quedó compartiendo con uno de sus dos hijos, en el escenario
donde están instalados los aparatos biosaludables, frente a la IPS de este
sector de la ciudad, ubicada en la avenida 1B con calle 24.
Eran las 6:30 de la noche,
cuando un hombre negro, que al parecer rondó previamente el lugar, vestido con
un bluyín, chaqueta de color azul oscuro y una gorra de color negro, le disparó
en al menos tres oportunidades, impactando en la cabeza a Díaz Vera.
Luego de que el pistolero
vio que la víctima cayó al piso tras recibir los tiros, huyó de la escena del
crimen con rumbo desconocido.
Jefferson fue trasladado
en un taxi hasta el hospital Erasmo Meoz, donde finalmente murió.
Según se conoció, el
homicidio de Jefferson podría haberse desencadenado por un problema que tuvo
con el familiar de un recluso, y por el que, al parecer, habría sido amenazado
de muerte.
Los parientes de la
víctima aseguraron que Díaz se dedicaba a la carpintería junto a su papá.
El comandante (e) de la
Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel William Donato, aseguró que se
adelantan las investigaciones para esclarecer este nuevo hecho de violencia en
Cúcuta.
Además de Jefferson, otras
cuatro personas fueron asesinadas el fin de semana en la ciudad, uno de los más
violentos en lo corrido de 2016.
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