El bloque de búsqueda
creado para combatir el crimen organizado en Norte de Santander, logró un nuevo
golpe contra el Clan Úsuga.
Esta vez, los uniformados
hallaron 2.456 cartuchos para fusil y pistola que estaban camuflados en un
juego de muebles de sala y un horno industrial de pizzería, en una casa del
barrio Torcoroma, de la ciudadela La Libertad.
Según las investigaciones,
la munición habría llegado a Cúcuta procedente de Venezuela y tendría como
destino la estructura criminal del Clan Úsuga, en Córdoba.
En medio de la operación
Marfil, la Policía encontró en la casa, deshabitada, un juego de muebles de
sala integrado por tres piezas, en el que estaba encaletada parte de la
munición.
Los cartuchos estaban
organizados estratégicamente en la parte inferior de las estructuras y
distribuidos en varios paquetes elaborados en cartón y material plástico,
adheridos a los marcos de madera. Las caletas estaban cubiertas con una tela
que impedía que fueran detectadas a simple vista.
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