La única testigo sobre la forma como ocurrieron los hechos que
desencadenaron en la muerte de Urielso Guerrero Castillo, de 33 años, es su
hermana. Este nuevo caso de intolerancia ocurrió el sábado a las 10:00 de la
noche.
“Luego de una reunión
familiar, nosotros salimos del barrio Los Olivos rumbo al barrio Paz y Futuro.
Urielso manejaba la moto y además íbamos con mi hija (menor de edad). En el
camino alcancé a mirar hacia atrás una motocicleta que venía a toda velocidad y
se nos acercaba”, señaló la hermana.
Según su testimonio, dicha
moto era conducida por un hombre y como pasajeras venían dos mujeres. De un
momento a otro, esta moto los impactó por la parte trasera y todos se fueron al
piso.
El accidente, que ocurrió
en una calle desolada y sin pavimentar, generó el malestar y el reclamo de
Urielso hacia el otro conductor, a quien alegó para que le pagara por los daños
causados.
La hermana dice que ella y
su hija se sentaron a un costado de la vía mientras el problema se solucionaba,
pero nunca imaginó que este iba a terminar en una muerte.
“Urielso alcanzó a llamar
a la Policía y a la esposa para que le trajera los papeles de la moto, pues los
había dejado en la casa. Pasada media hora se escuchó el disparo y corrí a ver
qué le había pasado a mi hermano (…) en ese momento no supe quién disparó, ni
para dónde escapó”, agregó la hermana.
Urielso, natural de
Hacarí, fue trasladado en un carro particular al Policlínico de la ciudadela
Juan Atalaya, adonde llegó sin vida.
Personal del cuadrante de
la Policía acordonó el lugar de los hechos, mientras que unidades del Cuerpo
Técnico de Investigación (CTI) recolectaron en el sitio evidencias de interés
criminalístico y se trasladaron al centro asistencial donde efectuaron el
levantamiento.
Fuentes de la Policía
Metropolitana de Cúcuta señalaron que frente a este homicidio por intolerancia,
la Sijín asumió las averiguaciones sobre el agresor, quien está plenamente
identificado, y trabajan para dar con su paradero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario